La enseñanza virtual: un camino hacia la transformación educativa

 

"El ideal no es que un niño acumule conocimientos,

 sino que desarrolle capacidad".

 

 J. Dewey.

 

En los últimos tiempos se ha percibido constantemente los cambios que ha enfrentado el campo educativo. De hecho, expertos han indagado sobre este tópico para dar respuestas a inquietudes que van surgiendo con relación a la enseñanza y a los nuevos modelos educativos, con el propósito de enfocar al estudiantado hacia el fortalecimiento de sus capacidades. En este sistema, se busca estimular la autonomía, creatividad y favorecer a las necesidades que se presentan en ellos, con el objetivo que puedan aprovechar la oportunidad de aprender y que perciban los beneficios que aporta la educación a través de estrategias innovadoras. Es por eso, que la nueva escuela o la educación virtual debe considerarse como un espacio para que toda la comunidad educativa y público en general, compartan un compromiso viable, y colaboren en unidad para que podamos construir un entorno enriquecedor no solo en conocimientos, sino en valores. Asimismo, veamos este proceso como punto clave para reflexionar sobre nuestras prácticas pedagógicas y las metodologías que hemos estado implementado. 

 

Dicho lo anterior, puedo asegurar que la enseñanza virtual es más favorable que la presencial debido a que se desarrolla el autoaprendizaje, generando autonomía en los discentes y que estos puedan medir cuáles métodos, prácticas o evaluaciones les permiten alcanzar el conocimiento y los resultados esperados. Por tanto, son el centro del proceso de aprendizaje. Pues, el docente en este tipo de enseñanza es considerado un guía o facilitador, pero el estudiante es quien trabaja independientemente. Incluso, brinda mayor capacidad para la reflexión. Por otro lado, podemos eliminar las barreras geográficas que se nos antepone, además de su flexibilidad porque por medio de esta se puede continuar los estudios en el espacio o al ritmo que se desee.

 

 También, posee la alternativa de que los estudiantes elijan el horario que sea más conveniente, dando oportunidad no solo de estudio, sino de trabajo para aquellos que son más jóvenes o adultos. A parte de eso, facilita la comunicación e interacción entre docente-alumno, alumno-alumno. De igual forma, permite que se acceda a los contenidos desde cualquier lugar. De acuerdo con lo expresado, Sclater y Mullan (2017) creen que los sistemas de aprendizajes virtuales ayudan a fomentar un acercamiento más personalizado y de ritmo propio al aprendizaje y son los más apropiados para enseñar habilidades básicas. En otros términos, se propicia la búsqueda de información y actualización de los temas propuestos por los maestros, o sea, el alumno tiene la opción de navegar por diversas páginas permitiendo que ellos mismos realicen investigaciones que respondan a sus intereses. 

 

En ese mismo orden, la virtualidad requiere de recursos más dinámicos e interactivos por lo que el educando tiende a ser más activo y concentrado al realizar sus deberes. Al hacerle la pregunta a una estudiante de secundaria con respecto a la enseñanza virtual, expresó: “es una forma más fácil de acceder a la información, puedo revisar los contenidos cuantas veces quiera y recibir la información en diferentes formatos, como: radio, televisión, documentos, audios o videos”. En ese sentido, las informaciones que reciben los alumnos no se convierten en contenidos fugaces como en las clases presenciales, sino que sean permanentes y queden registrados, haciendo que ellos puedan indagar o repetir las clases cuantas veces sea necesario.

 

En conclusión, podemos darnos cuenta de la importancia que tiene la formación a distancia debido a que esta responde a los nuevos modelos educativos que se han desarrollado según vamos avanzando. En suma, esta posee la peculiaridad de promover la autonomía y la curiosidad en los alumnos, fortaleciendo los tópicos que aborda el currículo dominicano, como: el pensamiento crítico, el trabajo cooperativo y colaborativo y el autoaprendizaje. Es momento de transformar el quehacer educativo, por ende, formar alumnos competentes que puedan destacarse en diversos ámbitos de la vida. Por tal razón, la educación virtual debe asumirse como una oportunidad para la transformación de las prácticas pedagógicas, tomando como referencia la constante evolución que ha experimentado el mundo.

 

Referencias bibliográficas

Sclater, N., y Mullan, J. (2017). Learning Analytics in Higher Education: A Review of UK and International Practice. Recuperado de https://goo.gl/g0roCB

 



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