“La crítica como herramienta didáctica en el proceso enseñanza-aprendizaje del teatro

 


Yanibel Mirabal

yanibelmirabalgomez@gmail.com

El teatro está muy relacionado con la vida cotidiana de las personas, es una herramienta poderosa que a través de ella se presentan diversas situaciones, ya sea política o social, de la vida real o imaginaria, pero con un objetivo claro.  Es decir, el teatro se entiende como una recreación de la realidad. En relación a lo anterior, podemos decir que, la crítica es inherente al teatro, pues es un instrumento fundamental en el proceso de comunicación teatral. Está involucrada a diversas fases y elementos en dicho proceso, como la dirección, la producción, las actuaciones y el público.

En fin, la crítica interviene en todos esos aspectos y va más allá de un simple comentario. Es un estudio bien estructurado, cuidadoso y minucioso que abarca de manera holística el espectáculo. Antes de dar más detalle, es importante destacar el origen del concepto de crítica. Esta palabra viene de la raíz griega “kritikós” (capaz de discernir) que, a su vez, proviene de “kríno” (discernimiento) y de “krínein” (analizar, separar). Por tanto, la crítica está vinculada al criterio en base a un análisis, examen y juicio con el propósito de discernimiento acerca de un hecho en específico.

En este sentido, entendemos que la crítica es una visión que va más allá y aborda aspectos profundos. En otras palabras, se encarga de analizar todo lo que se ve y no se ve de una obra teatral. Incluso, estudia al público que va dirigido el espectáculo. Dicho esto, podemos enfocar la crítica como un instrumento valioso en el teatro. De modo que, es evaluativa y se guía de ciertos esquemas, dependiendo de la obra. Lo primero a tomar en cuenta, es la realización de una observación meticulosa, sin dejar detalles de una obra en particular, seguido de una reflexión de lo observado, tomando como punto de partida una base empírica que, estará complementado con los elementos y estudios del desempeño de los actores y la técnica empleada para su desplazamiento, tono, las emociones. Es decir, un análisis de los signos de teatro, de esa manera evaluar dicho espectáculo.

En efecto, en una obra de teatro el crítico puede tomar una postura particular o que esta provoque ciertas emociones o más allá, puede revelar sus prejuicios personales, pero al momento de escribir el comentario especializado debe tomar una postura analítica reflexiva profesional, que sea adecuada. Por eso, el crítico debe realizar una evaluación imparcial y justa de la obra. Se considera al teatro un arte vivo y directo en el que se puede transmitir variadas emociones, profundos sentimientos que aporta a la evolución de la sociedad. Por esa razón, el trabajo del crítico debe responder satisfactoriamente a los propósitos establecidos, liderando siempre la justicia y lo profesional.

En relación a esto, García Lorca considera que un teatro sensible y bien orientado en todas sus ramas, desde la tragedia a la comedia, puede cambiar en pocos años la sensibilidad de un pueblo; y un teatro destrozado, donde las pezuñas sustituyen a las alas, puede achabacanar a una nación entera. En ese sentido, se percibe al teatro como una escuela de llanto y de risa, y una tribuna libre donde los hombres pueden poner evidencia morales viejas o equivocadas y explicar con ejemplos vivos normas eternas del corazón y el sentimiento del hombre. Desde esta perspectiva, el papel del crítico debe ser muy delicado y prestigioso porque se enfrenta a un arte vivo como es el teatro, y tiene que tomar a consideración el propósito con el que fue realizado el espectáculo, por lo que, su tarea será investigar todo lo relacionado delante y detrás de la presentación para luego brindar un análisis ecuánime de lo percibido.

Por otra parte, el público también puede ser un ente crítico de una función teatral, resaltando los aspectos positivos y negativos vistos en la obra. Para eso debe estar pendiente de todos los movimientos, gestos, cambios de personajes y demás en la obra, y sobre todo realizar una observación que recoja la información pertinente para su comentario. Por ello. debe fundamentar sus opiniones o sus planteamientos para construir juicios bien valorados de la obra a analizar.

En suma, es primordial destacar que entre la crítica y la creación hay una relación cercana, debido a que una depende de la otra. Pero, en el pasado se pensaba que la crítica solo podría revelar los destellos del espejo teatral. Sin embargo, en la actualidad lucha por salir de esa condición.  De acuerdo a Féral, estamos en un punto en que la crítica ha perdido sus funciones. Además, ante la fragmentación, la división de las prácticas, impide al crítico verlo todo. Entonces, es ahí que la crítica ha perdido la función política y social que le daba sentido: la de formar el gusto del público, de orientarlo, de canalizarlo. En el mismo orden, tanto el arte como la crítica debieran buscarse uno a otro para establecer esa complicidad dialogante. No se trata de que la crítica responda para qué sirve el teatro, sino de que escuche ese llamado, que no se lance a un público que no puede o no sabe responder. Y que la crítica interrogue de vuelta. (Beck, 1998, P.142).

Por consiguiente, debemos buscar en la crítica una metodología renovada que preste atención a detalles oportunos, y no a abundar en aspectos que no tienen relevancia para los espectadores. Es decir, transformar esas consideraciones negativas para favorecer significativamente al teatro. Haciendo de esta una aliada para crear espectadores decisivos, precisos, justos y críticos.

Por ende, se detallarán algunas pautas que se deben seguir para hacer de la crítica una herramienta didáctica. En primer lugar, se debe observar y analizar todo acontecimiento teatral con ecuanimidad. Sin dejarse llevar por juicios o emociones personales. Asimismo, hacer una evaluación del espectáculo, destacando todos sus aspectos, esto es, personajes, producción, escenario, códigos teatrales, entre otras cosas. No obstante, puede centrarse en uno de esos elementos, estudiando a profundidad y ética lo que abordará. También, es una tarea del crítico tomar en cuenta las reacciones del público, atendiendo a las diversas opiniones que se puedan generar. Finalmente, debe ante todo ser justo, preciso, franco y objetivo, antes de realizar el comentario. Otro factor que tiene que tomar en cuenta es brindar argumentos que sustenten sus planteamientos en torno a la obra que se analiza.

Dicho esto, bajo ningún criterio se puede arrojar conceptos ofensivos o despectivos que sobre pasan de ser estima por el arte a convertirse desprecio por el teatro. Es por eso que ser crítico significa mantener la ética, ante todo. Por tanto, no puede manifestar sus apreciaciones como quisiera hacerlo desde sus dogmas o estilo, sino debe ajustarse a la realidad y a la justicia.

En conclusión, lo que se ha abordado en este artículo hace referencia a la crítica como esa herramienta didáctica que facilita y aporta al teatro de manera reveladora y elocuente. A partir de ahí, crear espectadores con gran capacidad de análisis y reflexión en relación en el género espectacular. Por tal razón, la crítica debe ser bien valorada cuando se hace siguiendo los lineamientos, pues, contribuye a fortalecer al teatro. Además, es importante resaltar que una verdadera crítica brinda una argumentación amplia, y no se basa simplemente en frases comunes como: “me gustó” o “no me gustó”. Es decir, se debe dar una reflexión elocuente y ética. Buscando la objetividad y alejarnos de los preceptos de los lazos de amistad. Por último, es fundamental orientarse hacia un terreno intelectual y sensitivo, pero sin dejarnos guiar por la afectividad.

 

 

Referencias bibliográficas

Beck, U. La sociedad del riesgo: hacia una nueva modernidad. Trad. Jorge Navarro, Daniel Jiménez y María Rosa Borrás. Barcelona, Paidós, 1998.

 García, F. Teatro Español. Madrid. Durante una representación especial de Yerma, [1934-1935].

 

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